2. Mediadores en el aula

Ante la pregunta ¿es necesaria una mayor presencia de las familias en la escuela?, probablemente la respuesta de cualquiera de nosotros sería: sí, sin duda. Los dos pilares de la educación son la familia y la escuela, así que, si ambas instituciones son capaces de cooperar estrechamente, parece lógico pensar que esto reportaría un gran beneficio al alumno. Sin embargo, es posible imaginar situaciones en el aula donde la presencia de los padres o los profesores tal vez no sea tan necesaria. Esto es lo que nos sugiere la lectura del un artículo sobre los mediadores en el aula. Estos mediadores son alumnos que tratan de intervenir cuando se producen conflictos entre sus propios compañeros. Su labor es mediar entre ellos y buscar una solución sin necesidad de que intervengan los adultos (profesores o padres). Es evidente que cuanto los conflictos son especialmente graves, la intervención de los adultos se hace imprescindible, pero en muchos otros casos la labor de mediación entre los compañeros del aula acaba con éxito.
La principal conclusión que extraemos de este artículo es que la mediación supone un proceso de aprendizaje esencial para el alumno: aprender a enfrentarse a los conflictos y ser capaces de solucionarlos de manera autónoma. Al fin y al cabo, una de las pretensiones de la escuela es la formación de individuos autónomos, capaces de afrontar situaciones adversas y resolverlas. En este sentido, la mediación entre los alumnos del aula nos parece una gran iniciativa que debería extenderse a todos los centros educativos.

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