6. Reflexión sobre el Libro Blanco de la Profesión Docente

En 2015 fue presentado el «Libro Blanco de la Profesión Docente y su Entorno Escolar» elaborado por José Antonio Marina, Carmen Pellicier y Jesús Manso. En mi opinión, este Libro Blanco supone un intento serio y profundo de abordar el problema del sistema educativo en nuestro país. Además, se atreve a entrar en terrenos "pantanosos", puesto que propone reformar por completo la profesión docente, algo que, sin duda, es lo que puede generar más controversia. Independientemente de si se está de acuerdo o no con el texto, me parece que cualquier estudio de este estilo ayuda a centrar el debate sobre la educación más allá de los lugares comunes en los que habitualmente se cae. Estamos demasiado acostumbrados a que cualquiera puede dar su opinión sobre el sistema educativo con argumentos demagógicos, muy ideologizados o, directamente, peregrinos. Por esta razón, cualquier propuesta que provenga de la reflexión profunda, como la de Marina, Pellicier y Manso, debería ser bienvenida en cualquier momento.

El Libro Blanco es extenso y existen muchos puntos en los que estoy de acuerdo, puesto que son propuestas que en la mayoría de los casos me parecen lógicas. Pero me centraré en un punto que creo esencial para la mejora del sistema educativo: atraer a la docencia a las personas más adecuadas. En mi experiencia vital y mi contexto social existe una cierta creencia de que muchos de los profesionales que acaban en la docencia es porque no han podido "triunfar" en la empresa privada. Dicho de otro modo, que al ámbito de la docencia han ido a parar profesionales mediocres que no alcanzaron otras metas más altas y atractivas. Es obvio señalar que para que esta percepción cambie es necesario que la profesión docente sea más atractiva y atraer así a los más cualificados.

En principio, la idea del MIR educativo me parece acertada en su planteamiento. Sin embargo, tal vez la exigencia de dos años de prácticas tras el máster me parece excesivo. Quizás con un año sería suficiente. Pero, en cualquier caso, creo que es imprescindible reconocer que el modelo actual de prácticas es insuficiente.

Confiemos en que muchas de estas propuestas del Libro Blanco sean tenidas en cuenta por los políticos y sirvan para constituir una profesión docente verdaderamente prestigiosa ante toda la sociedad.

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